A Patricia Torres, quien sufrió fractura de tobillo durante el desplome de la Línea 12, representantes del Metro no le contestan llamadas ni mensajes, pese a que le pidieron reunir documentos para una indemnización.

Días después de que la dieron de alta, personal del seguro del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro, la contactó para pedirle comprobantes médicos que certificaran las lesiones.

Torres contó que el 11 de mayo les envío un mensaje de WhatsApp a un número telefónico en el que le prometieron tener comunicación.

Les mandó el historial médico por ese medio, pero los mensajes no han sido leídos y sus llamadas no son contestadas.

«Me dijeron, ‘mande todo a este WhatsApp’. Jamás abrieron el WhatsApp, hasta ahorita no he tenido respuesta, aún no han contestado, ni siquiera lo han visto», aseguró Patricia.

La mujer, de 35 años, es el sostén económico de sus hijos Lennin, Estrella e Iker, también de su esposo Gilberto, quien no puede trabajar porque padece esclerosis lateral amiotrófica.

Los cinco viven en una casa que rentan en Chalco. Los únicos muebles con los que cuentan son un sillón, dos camas y una mesita donde colocan una parrilla eléctrica en la que preparan alimentos.

Antes del siniestro, Patricia doblaba turnos para reunir dinero extra en su trabajo como vigilante en el Aeropuerto. Tenía dos metas a corto plazo, una de ellas, comprar muebles para la casa.

Pero, la principal, que los cinco viajaran a Acapulco, en junio, para que conocieran la playa por primera vez. Estaba a tres quincenas de lograrlo.

FUENTE: REFORMA.COM