Por si no fueran suficientes los temas delicados que se han destapado de la actual administración de la Universidad Autónoma de Querétaro, en medio de este proceso electoral para cambio de Rectoría, una de las interrogantes que ha surgido entre los estudiantes y algunos internautas y que ha abierto lugar a dudas es… ¿Qué pasó con la vacuna Quivax 17.4 que supuestamente desarrollaría la UAQ contra la COVID-19?

Fue a finales de 2021, un año y medio después de que iniciar la pandemia que azotó al mundo, que la Rectora, Teresa García Gasca, anunció el famoso proyecto que llevarían a cabo investigadores del Alma Mater en el Laboratorio de Inmunología y Vacunas de la UAQ.

Sin embargo, en su momento la Rectora aseguró que no solo se podía realizar con la buena voluntad y conocimiento y que la Quivax 17.4 necesitaba financiarse para poder ser una realidad.

¿Quién se acuerda del Vacunatón que se organizó para que la sociedad en general diera su aportación? Incluso hubo un concierto (Camerata) «a beneficio» de la vacuna para recaudar fondos y así una serie de acciones para reunir recursos ya fuera sociales o incluso de la iniciativa privada.

¿Qué habrá pasado con esos recursos? Pues a la fecha, en pleno octubre del 2023 a dos años de haberse anunciado la famosa «vacuna de la UAQ», no hay nada, ni vacuna, ni recursos.

La Rectora, en su calidad de máxima autoridad de la Universidad, dio un par de ruedas de prensa vacías en las que anunciaba que próximamente se anunciaría en qué se gastaron esos dineros, y así sucesivamente en cada rueda de prensa y al final, nadie sabe nadie supo dónde quedó la bolita.

¿Fue este proyecto de investigación el elefante blanco de la UAQ? Incluso se concursó para obtener recursos federales y pues… la Quivax 17.4 se quedó solo en una bonita idea.

Urge transparencia, pues dicen «piensa mal y acertarás» y la historia de la vacuna pinta para ser de las historia más turbias y de más corrupción en la gestión de Teresa García.

Eso sí, ni tarde ni perezosa anunció que se había requerido de gran cantidad de recurso para patentar la vacuna. Es decir, se gastó para obtener el registro de marca, se erogaron millones en un equipo carísimo para lograr la vacuna y todo quedó en nada.

La UAQ no está ni estaba preparada para un proyecto de esta envergadura y aún así, se comprometieron a pedir recursos… ¿Para qué y en dónde están?

A ver si la rectora aclara ese «ya merito» de su famosa vacuna y, sobre todo, a dónde se fueron todo el dinero que con tanta desesperación solicitó.

Eso sí, que le pregunten por su «Vacuna contra la Soledad» del que tanto están orgullosos y que es, por decir lo menos, el peor placebo de la historia.