Un estudiante promedio que deja de asistir a clases por periodos prolongados de tiempo, podría perder 8% de su ingreso anual futuro, lo que equivale a un mes de salario al año por el resto de su vida productiva, aseguró el Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco), que urgió al gobierno federal y al de Guerrero a trazar una ruta de emergencia para la reconstrucción prioritaria de 7 mil 498 escuelas de educación básica de esa entidad para reducir al mínimo su cierre y se evite una mayor pérdida de aprendizajes.
El organismo civil explicó que en el plan para la reconstrucción de ese estado afectado por el huracán «Otis», se considera un monto de 10 mil millones de pesos que deberán utilizarse para el abastecimiento y mejoramiento de líneas de distribución de agua, drenaje, arreglo de calles, alumbrado público, hospitales, escuelas, los dos aeropuertos y otros servicios, pero carece de alcances específicos para su aplicación en temas educativos.
«En lo expuesto en el Plan General de Reconstrucción de Guerrero, la recuperación educativa dista de ser una prioridad», sostuvo.
Indicó que la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana declaró inicialmente 46 de los 85 municipios del estado como zonas de desastre. Estos municipios alojan a siete de cada 10 estudiantes de educación obligatoria en Guerrero.
No obstante, dijo que las autoridades educativas aún no terminan de evaluar y cuantificar los daños que sufrieron las escuelas.
Si bien la Secretaría de Educación de Guerrero reportó daños en 369 planteles de educación obligatoria con afectaciones por el huracán, estos reportes refieren únicamente a Acapulco y Coyuca de Benítez.
Detalló que dentro de los 46 municipios afectados por el huracán, hay 625 mil estudiantes, 38 mil docentes y 7 mil 498 escuelas de educación obligatoria que se verán afectadas por el cierre de escuelas debido a la emergencia.
«Para prevenir mayores afectaciones a la formación de los niños y jóvenes que habitan las zonas más afectadas, es clave que las autoridades prioricen la recuperación de los servicios educativos. Sin embargo, a tres semanas del huracán, no hay una estrategia para prevenir los estragos que esta crisis tendrá sobre la educación», dijo.
De acuerdo con el Índice de Competitividad Estatal (ICE), Guerrero es la entidad menos competitiva del país y es la tercera con la escolaridad promedio más baja.
Mientras que la escolaridad promedio a nivel nacional es de 9.7 años, el estudiante promedio en Guerrero cuenta con 7.6 años de educación, lo que equivale a terminar primero de secundaria.
Además, cerca de 10% de los niños y jóvenes entre 3 y 14 años que viven en el estado no asisten a la escuela. Por cada 100 habitantes de 15 años y más, hay 12 que no tienen ningún grado de escolaridad y solo 16 terminan educación superior.
El Imco agregó que si bien la atención a la salud emocional debe ser una prioridad, como lo mencionó la Secretaria de Educación Leticia Ramírez, el cierre prolongado de escuelas durante las crisis pasadas dejaron una lección contundente sobre el impacto detrimental que tiene en la formación y aprendizaje de los estudiantes.
«La interrupción de las clases presenciales puede afectar negativamente la continuidad del aprendizaje, especialmente para aquellos que ya enfrentan desafíos socioeconómico», insistió.
Resaltó que el primer paso para evitar que las consecuencias educativas se agraven es tener un recuento acertado sobre la realidad de los 7 mil 498 planteles en los municipios afectados por el huracán.
«La colaboración entre el gobierno, las organizaciones no gubernamentales y la comunidad en general será clave para superar estos obstáculos en el corto y largo plazo. Esto puede incluir proporcionar apoyo emocional a los estudiantes y maestros afectados, así como implementar estrategias flexibles, como educación en línea o la adaptación de espacios para fines educativos, con el objetivo de garantizar la continuidad del aprendizaje en todos los municipios afectados por el huracán Otis», expresó.
-Con información de El Universal